jueves, 19 de julio de 2007

Existe un precio

Todo está mal, menos tú todo es una mierda, menos tú todos se equivocan, menos tú pero tú, ¿qué te crees que eres, ah? (no, no, no le basta con eso)

Malamarismo. Mala Rodríguez

Pues eso. Yo entiendo que La Mala no es un buen plato para todo el mundo. A mí me encantó su primer disco, luego resultó que todo el mundo la copió, y me cansó 30 ikeas, pero..., eso es significativo ¿no? El botón de muestra: Vanexxa y Sara Da Pin Up, dos mujeres que quieren beber de todo, ser La Mala, pero más pop, más rock, más electro, más divas de moda, más todo. La Mala sabe ser icono, y encima ahora es madre y eso parece ser que 'dulcifica', aunque en Nanai nos suelte: Hacemos buena pareja, tú le pegas y ella se deja. Super dulce.
El caso es que he vuelto a escucharla y a respetarla. Hace años me interesé por el rap español ¿quién se acuerda de Ari? Pues no valía para icono, hacía (y creo que sigue haciéndolo) rap como un hombre burro y sin jugar, todo era lineal y previsible y manejaba unas letras muy, muy, muy tópicas.

Me gustan los ritmos que elige La Mala, cómo juega con la electrónica y todos los sonidos que se le ponen delante de los oídos. Me gusta que no tenga prejuicios y esté abierta, que no vaya de rapera ortodoxa, aunque odio la canción que se marca con la Venegas, y me parece perfecta cuando se pone bruta y convierte los toques de flamenco en rock. Mi favorita, Te convierto, acompañada por Raimundo Amador, tiene que ser una pasada en directo. Y destaco Caída libre, venga a criticá: quiero que Telefónica me distribuya como un camello, ya lo hace en medio mundo, el otro medio es otro asunto. Se agradecen las verdades: existe un precio, bájate las bragas. Y a mí, básicamente, me pasa una cosa cuando escucha a La Mala, que todo el rato trae a mi cabeza escenas de Solas, de Benito Zambrano. Me parece que aquella mujer que interpretaba Ana Fernández podría haberse puesto a cantar lo que dice La Mala, pero es sólo cosa mía.

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