domingo, 29 de julio de 2007

Enfermedad















No se sabe del calor hasta que se pasa.
Las depresiones son poco apreciadas, se consideran autosugestiones que aparecen mediante el mismo proceso por el que deberían esfumarse, y sin embargo, nada de eso. Una depresión es como una enorme quemadura: aproximas tu mano al fuego y te quemas, te llevan al hospital y te curan como se pueda. Pero a veces creemos que un depresivo se merece unos tortazos para volver a apreciar la vida. Somos unos ignorantes. A ver quién le dice al quemado: "¡Pero haz que te cicatrice eso ya, imbécil!", sería grotesco.

Temo las enfermedades mentales, el fuego avisa, el cáncer se combate hasta que uno de los dos vence, pero una enfermedad mental sólo tiene un arma para luchar: la propia mente enferma. Es curioso que sea un pedazo de nuestro propio cerebro el que pida permiso al resto para pelearle. Sea o no una enfermedad que crece en nuestra sociedad desvencijada, la peste de nuestro tiempo, y sea o no genética, demuestra lo poco preparada que está nuestra sanidad pública para curar una enfermedad que mata..., y lo poco preparados que estamos para dejarnos nuestra egoísta piel en ayudar.

miércoles, 25 de julio de 2007

Cuestión de impresiones

A mí El Solitario, o El Silencioso o como quiera apodarse ese señor, me deja indiferente. No tanto Bonnie & Clyde. No me impresiona que ese señor tan organizadito haya matado a varios agentes, ni que fuera 'agresivo, frío y calculador'. A veces no entiendo la importancia de una noticia, que se abran varios informativos del día con la detención de El Silencioso y solitario (en realidad ambas actitudes van juntas, ¿no?), que nos interese su modus operandi, el tamaño de su nave y que descuartizara los coches con los que atracaba, ¡pero si no tenía una Bonnie! La película sería muy cutre, seguro.


Lo que sí me ha impresionado (tengo el termostato periodístico un poco fallido) es que ha muerto el protagonista de La vida de los otros, Ulrich Mühe. Tenía cáncer. Me parecía que tenía una cara muy similar a la de Kevin Spacey y unos ojos altamente expresivos. Además, desde hace unos años el alemán me parece el mejor idioma del mundo. En fin, lo lamento mucho. No es que crea que es importante lo que voy a decir ahora, es de una extraña vanidad, pero me pregunto cómo le sentaría a su familia saber que en España hay, al menos, una persona que siente un poco su muerte. Unamuno diría que estas cosas le hacen a uno inmortal. La vida de los otros fue seguramente el regalo que le hizo la vida en compensación por matarle.

martes, 24 de julio de 2007

El Mejor

Una poderosa imagen que el cerebro no sabe digerir:



Un señor mayor habla a gritos a una mujer de su misma edad que lleva del brazo. Él lleva una camiseta blanca con una fotografía y un texto que reza: "Al mejor abuelo del mundo". El mejor abuelo del mundo se da un aire a papuchi e insiste en decirle a su mujer, deduzco, a gritos cosas como: "¡Soy yo el que te lo está diciendo!".



En la mujer imposible fijarse, los ojos se quedan grapados a la fotografía y a la dedicatoria.




Me he cruzado con ellos de camino al quiosco, así que ha sido complicado adquirir más información, pero... ¿por qué gritaba así el mejor abuelo del mundo? ¿sus nietos conocerán esa tremenda ira que se le desprende en ocasiones?




Qué disonancias soporta el cerebro.

viernes, 20 de julio de 2007

Confessions on a dance floor

Cinco ministros británicos se confiesan: He fumado marihuana, poquita, pero sí, en mi pasado universitario, rebelde sin causa, me fumé unos porritos, pero fue un grabe error -miran a la cámara-, no lo cometáis vosotros también, chicos. Yo creo que sería más útil que los ministros, en general, confesaran que apoyan guerras por petróleo, que abusan de menores, que acosan a becarias, que cometen cohecho y que luego van a misa. Las drogas y yo tenemos poca relación, por no decir que es bien posible que los ministros del Reino Unido la hayan tenido más intensa, y tampoco soy partidaria de que las drogas sean un asunto relevante en la vida pública, salvo cuando los que se colocan son menores de teta o mayores que se arruinan la vida y la de sus familiares. Me parece igual de irrelevante que el señor A. Darling haya fumado cannabis como que exista Paris Hilton. Son esas cortinas de humo que no vienen al caso; que hay un problema de drogas en Reino Unido, pues preguntemos a quienes nos gobiernan si ellos han fumado porros, como si eso fuera comparable a que haya niños de 13 años fumando tantos porros como chocolatinas podrían comer. Como yo creo que es culpa de los padres, pues tengo poco más que decir.
Me dan un poco de grima los drogadictos de buena familia, los que emplean la paga semanal para pagar la cocaína, suelen tener un aspecto de persona que interesa poco conocer. También son grimosos los que, a falta de cocaína y aquejados de un decoro poco coherente, se contentan con cantidades de hachís propias de un traficante marroquí. Pero qué bien que los ministros confiesen, me froto las manos y espero que sigan contándonos cosas, ya digo, lo de la corrupción, por ejemplo, eso a mí me preocupa más que un falso intento de dar ejemplo, como si una ministra de Interior fuera modelo para alguien.

jueves, 19 de julio de 2007

Existe un precio

Todo está mal, menos tú todo es una mierda, menos tú todos se equivocan, menos tú pero tú, ¿qué te crees que eres, ah? (no, no, no le basta con eso)

Malamarismo. Mala Rodríguez

Pues eso. Yo entiendo que La Mala no es un buen plato para todo el mundo. A mí me encantó su primer disco, luego resultó que todo el mundo la copió, y me cansó 30 ikeas, pero..., eso es significativo ¿no? El botón de muestra: Vanexxa y Sara Da Pin Up, dos mujeres que quieren beber de todo, ser La Mala, pero más pop, más rock, más electro, más divas de moda, más todo. La Mala sabe ser icono, y encima ahora es madre y eso parece ser que 'dulcifica', aunque en Nanai nos suelte: Hacemos buena pareja, tú le pegas y ella se deja. Super dulce.
El caso es que he vuelto a escucharla y a respetarla. Hace años me interesé por el rap español ¿quién se acuerda de Ari? Pues no valía para icono, hacía (y creo que sigue haciéndolo) rap como un hombre burro y sin jugar, todo era lineal y previsible y manejaba unas letras muy, muy, muy tópicas.

Me gustan los ritmos que elige La Mala, cómo juega con la electrónica y todos los sonidos que se le ponen delante de los oídos. Me gusta que no tenga prejuicios y esté abierta, que no vaya de rapera ortodoxa, aunque odio la canción que se marca con la Venegas, y me parece perfecta cuando se pone bruta y convierte los toques de flamenco en rock. Mi favorita, Te convierto, acompañada por Raimundo Amador, tiene que ser una pasada en directo. Y destaco Caída libre, venga a criticá: quiero que Telefónica me distribuya como un camello, ya lo hace en medio mundo, el otro medio es otro asunto. Se agradecen las verdades: existe un precio, bájate las bragas. Y a mí, básicamente, me pasa una cosa cuando escucha a La Mala, que todo el rato trae a mi cabeza escenas de Solas, de Benito Zambrano. Me parece que aquella mujer que interpretaba Ana Fernández podría haberse puesto a cantar lo que dice La Mala, pero es sólo cosa mía.

miércoles, 18 de julio de 2007

La maraña

Se acaba de publicar en España Tarántula.

Este libro se vende como la primera y única aproximación de Dylan a la ficción literaria, pero en realidad es como coger el grueso de sus letras y leérselo de un tirón. Cuando le dieron al músico el Príncipe de Asturias de las Artes, se reclamó automáticamente de nuevo el Nobel para el de Duluth, pero resulta evidente que le queda mejor el traje de premio de las Artes. Es un maestro de las letras emparentadas con la música, ya se sabe que la poesía tiene su propio ritmo sin necesitar el de los instrumentos. La poesía se escribe para leerla, cosa a parte es que termine siendo musicada.


Bob Dylan tenía 23 años cuando escribió Tarántula. Lo terminó, pero tuvo su famoso accidente de moto en los alrededores de Woodstock y pidió a los editores que pararan la maquinaria de márketing porque el libro sólo se publicaría cuando él lo considerara. Pero era tarde y las copias previas enviadas a periodistas especializados ya estaban siendo leídas y meses después vueltas a copiar a puñados y distribuídas en la clandestinidad. Sólo en 1971 se editó Tarántula con la autorización de Dylan.
A mí este librito me parece una canción de 147 páginas del autor de Like a rolling stone, una especie de Subterranean homesick blue eterno (y mira que la canción me gusta), y repetida y vuelta a repetirla y repetida y vuelta a repetirla. Y encima no he entendido nada. Dylan escribió Tarántula en 1966, el mismo año que parió el mítico Blonde on blonde.

El libro es un paseo empapado en ácido y por culpa de la traducción: sin rima. Yo me he pregunto a menudo cómo se puede leer poesía traducida, qué difícil.

En fin, que Tarántula sólo vale para los fans muy fans que se hagan los que entienden la escritura automática, muy útil, sí, y de la que todos somos muy capaces. Así que, enhorabuena por el Príncipe de Asturias, pero que nadie más pida el Nobel después de haber podido ojear esta maraña de noséqués.

martes, 17 de julio de 2007

Bastante Trivial

¿Sabían ustedes que el Trivial Pursuit lo inventaron dos periodistas? Pues sí, se llamaban Scott Abott y Chris Haney. Desconozco cómo lo inventaron, pero mi imaginación no:

Un día fueron elegidos miembros de un tribunal de oposición para RTVE. Se fueron de cañas y entre tortilla, bravas y aceitunas con hueso se iban lanzando preguntas aderezadas con risas maliciosas. Al final sus compañeros decidieron que ese método no era nada ortodoxo, pues, como bien sabe todo el mundo, hay expertos en preparar exámenes tipo test para opositores, expertos que saben que no se deben dar opciones tan parecidas que lo único que busques en tu candidato sea la desesperación. Abott y Haney, desilusionados, decidieron que su ingenio no debía quedarse sin aprovechar y volvieron a irse de cañas, y así nació el Trivial Pursuit. Mi imaginación no sabria decir porqué eligieron los quesitos como base del juego ni si en inglés se dira cheesies.

Por cierto, me inquieta que Paris Hilton llegue alguna vez a aparecer en el Trivial y me inquieta pensar que sería íntima de Warhol, que la habría apadrinado, a ella y a Victoria Beckham. Hay una filosofía de vida en estos seres humanos espeluznante, aunque, en fin, yo ignoro si por las noches leen a Bukowski o a Baudelaire, que todo podría ser.

lunes, 16 de julio de 2007

Neohippis épico-rurales



El teniente Bullitt se lava la cara y se mira al espejo entre cansado e inquisidor. ¿Y así hasta cuándo? se pregunta Steve McQueen con los ojos.
Ah querido, vaya ojos.


Pues ya es verano y para celebrarlo, como yo no sé montar un festival de música indieguay, he abierto un blog, otra vez. Durará, calculo yo, hasta que vuelva a olvidar la contraseña y el usuario.
Abro de nuevo un blog para volver a tener un lugar en el que obligarme a escribir. No seré la primera en reconocer que no tiene sentido escribir si nadie te lee. En mi primer blog prometía no contar nada importante ni interesante, ahora no prometo nada, ha pasado el tiempo y quizá mi inteligencia se permita un rodeo por lugares en el extrarradio de lo común. Ya veremos.
Para empezar: SUMMERCASE. Dice la gente que se las da de saber del tema, que qué mala la organización y que los músicos bah. Y yo digo que cada uno cuenta la feria según le ha ido en ella. Los muchachos gritaban como locos a Kaiser Chiefs y a mí se me quedaron cortos a las dos canciones, en cambio rocé el éxtasis con Jesus and Mary Chain, tan escuetos en piruetas o gestos como locuaces con sus instrumentos. A veces uno es grande en el escenario porque le ayudan los fuegos artificiales, cosa que me alegra que se haga, otros se bastan con las guitarras. En otro orden de cosas buenas: Phoenix, básicamente porque fueron una sorpresa, no me esperaba que me salieran por la psicodelía a ratos y la fiesta a otros, sonaron francamente bien. Y hablando de esperar..., yo pedía más de Arcade Fire, aunque bendito el que se atreva a decir que lo hicieron mal. Mi excusa para los canadienses es que se les hizo demasiado grande el recinto, me los imagino en una sala más pequeña y seguramente aún me dolerían los oídos. Sonó bajita incluso No cars go. Y para ir terminando, !!! la liaron como Dios manda, pero al final de la carpa el sonido llegaba falto de decibelios. Una palabra más y seré como Luis Hidalgo, de El País, llamando a Arcade Fire 'neohippis épico-rurales post Talking Heads' (SIC); que tome nota Víctor García de la Concha. Amén.