jueves, 13 de diciembre de 2007

No todos los gatos son pardos


Pues ya tenemos gatos fluorescentes, aunque algunos dicen 'fosforitos', como los 'retuladores'. Son geniales y dan un miedo que te pasas, parecen sacados de una escena de REC. ¿No han visto REC? Me alegro, eso significa que vivirán más tiempo porque yo perdí mucho potasio viéndola y mucha elasticidad de tanto sufrir, qué magistrales esos directores ¿o seré una tipa muy simple?.
El caso es que ya hay gatos fluorescentes, los pobres, que miren de qué color salen cuando se apagan las luces, que parecen creados para la discoteca. Y me preguntaba cuál era su utilidad y parece que se han perpetrado por el mismo sistema por el que se perpetró a Dolly otra que da una lástima potente, que se murió de clonación, lo mismo que estos gatos seguro porque así ya no todos los gatos serán pardos y una noche se los va a comer un perro.
Y bueno, que son parte de un proceso de investigación, no tienen más misterio, porque además resulta que ya se sabía que la orina de gato era fluoresente así que igual son tan felices que siendo pardos, que no lo notan porque era algo intrínseco sin ellos percatarse.
Escribo esto escuchando a otro gato rarito, Manuel Marín, me apena que no haya sido mi Presidente, pero me alegra. Confirmo que los más brillantes prefieren la sombra. Dice Marín que sus hijas le riñen por observar atentamente a las personas, que podría pasarse días mirando a la gente, a la joven, a la vieja, a la guapa, a la fea... Le entiendo, yo en el metro no leo, miro a las personas. Cada una de ellas lleva una novela dentro.

No hay comentarios: