martes, 26 de agosto de 2008

Ella nos salvó




En Irak hubo ayer una mujer que pidió un respiro a los policías; sí, llevaba una bomba adherida al cuerpo, pero no tenía intención de hacerla explotar. Creo que son estos gestos, estas personas, las que cambian la historia de un país. No tengo ni idea de cómo recibirán la negativa de la muchacha los salvajes yihadistas que le pegaron la pólvora al pecho, seguramente a la chica habrá que mandarla a un pueblo ajeno para que no tomen represalias contra ella.
Sé que no es una heroína, por varias razones: como en Irak no tenemos Españas Directos ni Estás Pasandos, no habrá una periodista dispuesta a ponerle el micrófono bajo la nariz para que nos cuente cómovivióaquellamañana; tampoco es una heroína porque seguramente le ha podido más el miedo que la conciencia de saber que de haberse inmolado se hubiera llevado por delante todas esas personas que nos solían mostrar los periódicos troceadas (hablo en pasado porque Irak ya no es lo que fue).
En realidad no estoy en contra de que nos muestren ciertas imágenes, seamos sinceros..., sin muchas imágenes históricas no se habrían producido algunas manifestaciones en todos los puntos del planeta, sin las imágenes de Vietnam no hubiera crecido aquel movimiento pacifista. En fin, no voy a negar que me gustaría entrevistar a la chica que decidió no inmolarse, no entrevistarla en directo, con una cámara, pero sí me gustaría saber cómo las eligen, qué les dicen, qué les prometen a las personas que deciden matar y matarse. Alguna respuesta estaba Paradise Now, aquella película sobre los terroristas palestinos que se suben a un autobús para hacerlo añicos con ellos dentro.

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